miércoles, 5 de septiembre de 2012

Noticia de la iglesia de San Martín tras su restauración


La iglesia de San Martín de Crivillén luce magnífica tras su restauración

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La iglesia de San Martín de Crivillén ya luce su nuevo aspecto, y ningún vecino quiso perderse el viernes la puesta de largo del templo después de someterse a un completo proceso de restauración. Durante algo más de un año, el interior del templo ha sido un caos de andamios, brochas y sacos de materiales, «pero ha valido la pena», valoró la alcaldesa del municipio, María Josefa Lecina.
La reparación de goteras y la restauración de sus frescos han sido las principales actuaciones. Pero no las únicas, ya que también se han sustituido las vidrieras, se han restaurado pinturas, se han colocado nuevas lámparas, un nuevo sistema eléctrico, se ha eliminado humedades y grietas y se ha limpiado todo el interior de la iglesia.
En cuanto a las dos cúpulas, que representan dos bellas imágenes de la Virgen de la Asunción y de la Ascensión del Señor, se ha preferido no tocarlas. «Son pinturas muy antiguas, y preferimos que se encargue de ellas un restaurador profesional», indicó la primera edil.
Concretamente, los trabajos han corrido a cargo de la empresa local Ginés Pastor. «Ha trabajado mucho durante mucho tiempo y casi por amor al arte».
Para poder acometer estos trabajos, Crivillén contó con una ayuda del Gobierno de Aragón de 50.000 euros. «Fue toda una sorpresa, porque a nosotros nunca nos había llegado ningún tipo de colaboración económica». Pero esa cantidad no era suficiente para la envergadura del proyecto, por lo que los vecinos aportaron sus donaciones, y el Consejo parroquial organizó actos, como la venta de lotería, para reunir unos 20.000 euros adicionales.
Debido al desarrollo de las obras, el templo se mantuvo cerrado durante medio año. Mientras tanto, los servicios religiosos se han venido celebrando en la ermita de San Gil. Pero a lo largo de ese tiempo, no han sido pocos los vecinos que se han acercado a escondidas hasta la iglesia para conocer la evolución de los trabajos. Ahora que por fin se conoce su aspecto final, la sensación no puede ser más positiva. «Ha venido infinidad de gente para ver la iglesia. Me toca venir bastante a menudo con la llave para poder enseñarla».
Por eso, en plenas fiestas patronales, se organizó una misa en honor a San Ramón, que fue oficiada por el obispo de Teruel y Albarracín, Monseñor Carlos Manuel Escribano. Entre otras autoridades, también asistió el diputado provincial Antonio Pérez y José Miguel Espada, delegado territorial del Gobierno de Aragón en Teruel.
Antes de comenzar los oficios, la comitiva religiosa completó una vuelta al recinto en procesión. A continuación el obispo procedió a bendecir el interior con agua bendita.

Noticia sacada de:La Comarca.net

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